Hace un par de semanas hablamos de las dificultades del sistema educativo actual con respecto al fomento de la educación. Y cuando digo dificultades me refiero más bien a la facilidad de la educación para matar la creatividad, y quizá también para apagar los sueños. Si os apetece recordarlo o no conocéis el post al que me refiero podéis leerlo aquí y disfrutar de la charla del genial Ken Robinson.
Hoy quería contaros una historia:
" Años 60, Paul asiste al Liverpool institute. Allí pasa la mayor parte del tiempo haciendo el tonto, se aburre y no es especialmente buen alumno. Le apasiona la música pero en el instituto las clases consisten en escuchar música clásica y esto le aburre terriblemente.
Cuando llega a casa debería hacer los deberes, pero lo único que quiere es escuchar rock y aprender a tocar la guitarra. Trata de entrar en el coro de la catedral de Liverpool, pero no le aceptan, dicen que no canta suficientemente bien.
Pasar su tiempo libre escuchando música y tocando la guitarra en lugar de hacer los deberes resultó una idea inteligente, sobre todo cuando conoció a John Lennon, y más tarde a George Harrison y finalmente a Richard Starkey".
Durante sus años de instituto nadie reparó en la capacidad musical de Sir Paul McCartney, como sucede con muchas de las capacidades de los niños que asisten al instituto. Paul pudo haber dejado de lado la música rock y la guitarra y dedicarse a hincar los codos con las matemáticas. Pudo haberse convencido de que era tonto e inepto pues le iba mal en el colegio y haber pensado que no podía dedicarse a otra cosa que a trabajos repetitivos y aburridos, pues su inteligencia no daba para otra cosa. Por suerte el tenía una pasión que el sistema educativo no supo apagar, por suerte para el, para todos los que escuchamos los Beatles, para aquellos que asistieron a sus conciertos y para todos aquellos músicos posteriores que recibieron la influencia del grupo de Liverpool.
No digo que en cada clase haya un genio de la música en riesgo de ser apagado, pero todos los niños pequeños son creativos y no tienen miedo a equivocarse, a probar y a inventar. Cada uno de estos niños tiene diferentes formas de aprender, diferentes pasiones, capacidades e inteligencias, pero el sistema educativo actual sólo se basa en la inteligencia basada en el CI, por lo que todos los alumnos se ven forzados a aprender según los estándares de la medición de la inteligencia como CI.
Lo importante son las matemáticas y la lengua. Por lo que otros aprendizajes son menospreciados y aquellos niños muy capaces para otras áreas salen del instituto pensando que son poco inteligentes y sin conocer sus verdaderas capacidades. ¿Cuántas de vosotras terminasteis el instituto sin saber lo que os gustaba, sin conocer lo que os apasionaba y sin idea de lo que queríais hacer a continuación? ¿A cuántas se os dijo que erais malas para algo que os gustaba y esto os desanimó a continuar? ¿Cuántas os sentisteis tontas o poco competentes en el instituto para descubrir al terminarlo que vuestras capacidades eran mucho mayores de las que pensabais?
Y ahora os toca... ¿Cuál es vuestra opinión?
(Por si no lo habéis reconocido el joven Paul McCartney es el Primero de la izquierda, el niño de pelo negro que mira lo que parece un papel o una revista).